En su estado natural la ciruela es un excelente alimento, en virtud de su gran contenido de azúcares. Proporciona un 64 % de fibra alimentaria respecto del Valor Diario (VD) de referencia en nuestro país. Ésta prolonga la sensación de saciedad, porque aumenta el volumen dentro del estómago y favorece el funcionamiento intestinal.
La variedad elegida para el proceso es la ciruela D’Agen, ya que contienen alta cantidad de azúcar. Las mismas son cosechadas en una finca en San Rafael, Mendoza, en donde se ubica, a su vez, el secadero en el cual las mismas se secan. Se colocan sobre plataformas para exponerlas al sol durante 10 días, logrando así que la ciruela pierda grandes proporciones de agua. Al desecarse y perder agua, su valor nutricional se incrementa más todavía: el porcentaje de azúcar asciende al 40% y el de minerales al 2-2,5%, por lo que 100 gramos de éstas aportan 255 calorías.
Para el cultivo de ciruelas se requiere suelos arenoso-arcillosos ricos en humus, por lo que el territorio de Mendoza es el más apropiado, principalmente en los departamentos de San Rafael y General Alvear.